Inspirado en el legado de Clayton Christensen, este artículo explora la relación entre liderazgo ético y coherente, felicidad sostenible e inteligencia artificial en un mundo cada vez más interconectado. Una invitación a reflexionar sobre el impacto que dejamos a nivel personal, organizacional y global.
Desde niño, he sentido una profunda pasión por la naturaleza, la escritura creativa, la psicología y la filosofía. En el año 2000, me gradué en Ingeniería Industrial con el propósito de entender mejor la sociedad de consumo en la que vivimos. Ese mismo año, fundé una ONG enfocada en el pensamiento sistémico y la agroecología, con el sueño de reunir a estudiantes, jóvenes profesionales y expertos para impulsar el desarrollo sostenible en los Llanos Orientales de Colombia a través de ecoaldeas agroindustriales, concebidas como nodos de alto impacto social, ambiental y económico.
En 2002, emprendí un viaje fuera de Colombia para realizar una Maestría en Cooperación Internacional, con la esperanza de expandir mis conocimientos y darle un impulso a mis sueños. Entre 2004 y 2010, me desempeñé como profesor universitario y consultor de organizaciones internacionales, abordando temas de emprendimiento social y comercio sostenible. En esa etapa, como docente y consultor, mis argumentos se basaban principalmente en fuentes externas. Sin embargo, a mediados de 2020, después de una década de experiencia como fundador y presidente de una empresa internacional, regresé a la Universidad de los Andes con un enfoque disruptivo: enseñar desde el corazón.
En una clase de posgrado sobre Gestión de la Responsabilidad Social, planteé que nuestra perspectiva de felicidad define nuestra sostenibilidad personal, organizacional y global. Presenté el concepto de “felicidad sostenible” fundamentado en coherencia, consciencia y ética. Necesitaba un referente inspirador que sustentara esta idea, y encontré en Clayton Christensen, profesor de la Universidad de Harvard, ese puente ideal. Conocido como el “pensador de negocios más influyente del mundo”, Christensen revolucionó nuestra comprensión del cambio y la competencia empresarial con su teoría de la “innovación disruptiva”.
Su obra El Dilema del Innovador reveló cómo las pequeñas innovaciones pueden transformar industrias enteras y cómo el éxito, medido solo en términos económicos, no es suficiente. En 2010, el mismo año en que publicó su artículo “¿Cómo Medirías Tu Vida?” en la Harvard Business Review, Christensen fue diagnosticado con cáncer terminal. Esta experiencia redefinió su visión del éxito y lo llevó a centrarse en el propósito, las relaciones y la ética. A pesar de su enfermedad, continuó enseñando, y en 2012 publicó su libro ¿Cómo Medirías Tu Vida?, donde destacan tres pilares esenciales: encontrar un propósito significativo, cultivar relaciones duraderas y vivir con sólidos principios éticos.
Christensen falleció en 2020, pero su vida y enseñanzas nos recuerdan que el verdadero éxito se mide en el impacto positivo que dejamos y en la coherencia con la que vivimos nuestros valores fundamentales. Esa primera clase sobre felicidad sostenible, inspirada en Christensen, tuvo un impacto inesperado: para algunos fue un regalo, para otros, una necesidad en los negocios, y para una estudiante sincera, una amenaza para su visión de éxito material.
Un Futuro con Christensen y la IA
En septiembre de 2024, participé con una charla en el Congreso Internacional: Liderazgo Ético y Resiliente en Ecosistemas de Inteligencia Artificial. En ella, propuse visualizar la IA como un puente para que el ser humano transite de una sociedad de consumo a una sociedad de consciencia.
Es el año 2030. Las universidades tradicionales han evolucionado a entornos inmersivos impulsados por inteligencia artificial, donde el conocimiento se explora de manera personalizada. En este Harvard futurista, los visitantes pueden asistir a una clase interactiva de Christensen, en forma de un holograma avanzado que dialoga y comparte su legado ético. El holograma plantea su pregunta esencial: “¿Cómo medirías tu vida?” y nos recuerda que la verdadera medida está en el impacto que generamos y en la coherencia de nuestros principios.
Imaginemos que estoy en una de estas aulas y levanto la mano. “Por favor, Cheche, que nos visitas desde Bogotá, Colombia, formula tu pregunta”, dice el holograma en tono jocoso. Mi pregunta es: “¿Qué tal si pudiéramos gestionar fisiológicamente nuestra mejor versión, a nivel personal, organizacional y global, desde una perspectiva de felicidad sostenible basada en un liderazgo coherente que transforme nuestra respiración en un viento alegre y desemboque en una nueva ética intuitiva?”
El holograma, con la esencia de Christensen, responde: “En tu pregunta, Cheche, resuena una verdad que descubrí al enfrentar el final de mi vida: la coherencia y la felicidad sostenible no son logros externos, sino estados internos que construimos desde nuestro liderazgo personal. Nuestra coherencia fisiológica abre un camino hacia una ética intuitiva. Cuando alineamos nuestras acciones, pensamientos y emociones con un propósito trascendente, contribuimos a una sociedad más ética y sostenible.”
En esta simulación hiperrealista, Christensen reafirma que el valor de nuestras vidas no radica en los logros externos, sino en el bien que generamos y en la fidelidad a nuestros valores. En un mundo cada vez más dominado por la tecnología y los logros efímeros, su voz nos recuerda que la ética y la coherencia son los mayores legados que podemos dejar.
Conclusión: Una Invitación a Reflexionar y a Actuar
A finales de 2024, después de casi seis años de reflexión y práctica meditativa en la intersección de la sabiduría perenne y la ciencia de vanguardia —en torno a la respiración, la naturaleza, el corazón y el cerebro— junto a una manada de caballos maestros de la coherencia, miles de horas de estudio, cursos, certificaciones y una Maestría en Consciencia y Ser, he sintetizado una metodología para avanzar hacia una felicidad sostenible desde un liderazgo coherente. En esta línea de trabajo a la que me dedico de lleno, fui invitado por una reconocida firma global de consultoría a dar una charla sobre ética, integridad y honestidad para cerca de 2,000 empleados. Reflexionaremos sobre cómo el estrés es una de las principales amenazas para la energía vital de una persona y sus consecuentes falencias éticas, especialmente en entornos laborales exigentes. Con esto en mente, decidí crear este artículo previo a la charla que busca inspirar y motivar a los participantes.
Propongo que avancemos juntos hacia una ética intuitiva, una respuesta esencial en la era de la inteligencia artificial. Si este enfoque resuena contigo y deseas conocer más sobre cómo implementar esta visión en tu organización, te invito a agendar una charla tipo TED gratuita de 15 minutos conmigo, con un espacio adicional para preguntas.
Cheche muy interesante me gustaría saber un poco más de tu proyecto .
Estimado Ricardo, será un gusto conversar!